DEUTERONOMIO 5:24 Contexto

”’Tampoco debes desear la esposa de tu semejante. Tampoco debes, egoístamente, desear con vehemencia la casa de tu semejante, su campo o su esclavo o su esclava, su toro o su asno o cosa alguna que pertenezca a tu semejante’. ”Estas Palabras habló Jehová a toda la congregación de ustedes en la montaña, de en medio del fuego, la nube y las densas tinieblas, con voz fuerte, y no añadió nada; después de lo cual las escribió sobre dos tablas de piedra y me las dio. ”Y aconteció que tan pronto como hubieron oído la voz de en medio de la oscuridad, mientras la montaña ardía con fuego, ustedes procedieron a acercárseme, todos los cabezas de sus tribus y sus ancianos. Entonces ustedes dijeron: ‘Sucede que Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. Este día hemos visto que Dios puede hablar con el hombre y este realmente puede seguir viviendo. Y ahora, ¿por qué debemos morir, visto que este gran fuego puede consumirnos? Si de nuevo seguimos oyendo la voz de Jehová nuestro Dios, entonces de seguro moriremos. Porque, ¿quién hay de toda carne que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego como nosotros y, sin embargo, siga viviendo? Tú mismo acércate y oye todo lo que Jehová nuestro Dios diga; y tú serás quien nos hable todo lo que te hable Jehová nuestro Dios, y nosotros ciertamente escucharemos y [lo] pondremos por obra’.

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Referencia Cruzada de DEUTERONOMIO 5:24