“ un hombre a quien el Dios [verdadero] da riquezas y posesiones materiales y gloria y que, para su alma, no necesita ninguna de las cosas por las que muestra anhelo, y sin embargo el Dios [verdadero] no lo habilita para comer de ello, aunque un simple extranjero puede comerlo. Esto es vanidad y es una enfermedad mala.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)