“ Y cuando llegó el turno de Ester la hija de Abiháil el tío de Mardoqueo —a la que este había tomado como hija suya— para que ella entrara a donde el rey, ella no solicitó nada salvo lo que Hegai el eunuco del rey, el guardián de las mujeres, procedió a mencionar (durante todo aquel tiempo Ester continuamente se granjeaba favor a los ojos de todos los que la veían).
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)