“ Están diciendo a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú misma me diste a luz’. Pero hacia mí han vuelto la cerviz, y no el rostro. Y en el tiempo de su calamidad dirán: ‘¡Levántate, sí, y sálvanos!’.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)