“ Y el rey Jehoiaquim y todos sus hombres poderosos y todos los príncipes llegaron a oír sus palabras, y el rey empezó a buscar que se le diera muerte. Cuando Uriya llegó a oír [esto], al instante le dio miedo, y huyó, y entró en Egipto.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)