“ Y tiene que morar en aquella ciudad hasta que comparezca ante la asamblea para juicio, hasta la muerte del sumo sacerdote que exista en aquellos días. Es entonces cuando el homicida podrá volver, y tendrá que entrar en su ciudad y en su casa, en la ciudad de la cual había huido’”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)