“ entonces las aguas que venían descendiendo de arriba empezaron a detenerse. Se elevaron como una sola represa muy lejos, en Adán, la ciudad al lado de Zaretán, mientras que las que iban descendiendo hacia el mar del Arabá, el mar Salado, se agotaron. Fueron cortadas, y el pueblo pasó al otro lado enfrente de Jericó.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)