“ En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra! Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)