“ y el primogénito de nuestros hijos y de nuestros animales domésticos, conforme a lo que está escrito en la ley, y el primogénito de nuestras vacadas y de nuestros rebaños, para traer[los] a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que estaban ministrando en la casa de nuestro Dios.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)