“ Y procedieron a sacrificar en aquel día grandes sacrificios, y a regocijarse, porque el mismísimo Dios [verdadero] hizo que se regocijaran con gran gozo. Y también las mujeres y los niños mismos se regocijaron, de manera que el regocijo de Jerusalén podía oírse desde lejos.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)