“ Y procedí a salir de noche por la Puerta del Valle e [ir] enfrente de la Fuente de la Culebra Grande y a la Puerta de los Montones de Ceniza, y estuve constantemente examinando los muros de Jerusalén, cómo estaban derribados; y las puertas habían sido comidas por el fuego.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)