“ ”Y ahora, oh Dios nuestro, el Dios grande, poderoso e inspirador de temor, que guardas el pacto y bondad amorosa, no dejes que toda la penalidad que nos ha hallado a nosotros, a nuestros reyes, a nuestros príncipes y a nuestros sacerdotes y a nuestros profetas y a nuestros antepasados y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día, parezca pequeña delante de ti.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)