< Anterior |
Siguiente > |
1 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.
2 Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él;
3 Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda.
4 Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío?
5 Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío.
6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.
8 Vino palabra de Jehová a mí, diciendo:
9 Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
10 Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.
11 Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?
12 Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?
13 Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.
14 Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
1 El ángel que hablaba conmigo volvió y me sacudió como se despierta a un hombre que está durmiendo.
2 Me preguntó qué veía yo, y le dije: "Veo un candelabro de oro macizo con su estanque de aceite arriba, y siete lámparas.
3 También hay cerca del candelabro dos olivos, uno a la derecha y otro a la izquierda."
4 Pregunté al ángel que estaba conmigo qué querían decir esas cosas.
5 Y me respondió: "¿Cómo, no lo sabes?" "No, señor", insistí yo.
6 Entonces continuó: "Estas siete lámparas son los ojos de Yavé que miran por toda la tierra."
7 Esta es una palabra de Yavé para Zorobabel: "Ni con el valor ni con la fuerza, sino sólo con mi espíritu.
8 Miren esa montaña tan inmensa; pues bien, será completamente allanada delante de Zorobabel. Y de ella extraerá hasta la última piedra que corone el Templo, en medio de aclamaciones de gracias." Una palabra de Yavé me fue dirigida:
9 "Las manos de Zorobabel pondrán los cimientos de este Templo y ellas mismas lo terminarán."
10 El día en que se puso la primera piedra, les pareció ser una cosa sin importancia, pero ahora es un alegría para todos ustedes ver la piedra que corona el edificio en manos de Zorobabel.
11 Le volví a preguntar:
12 "¿Qué representan esos dos olivos puestos a la derecha y a la izquierda del candelabro?"
13 Me volvió a decir: "¿Cómo, tampoco sabes lo que quieren decir?" "No, señor", le repliqué.
14 El me explicó: "Son los dos Ungidos con aceite fresco que están ante el Señor del mundo entero."