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1 SAMUEL 14 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.

2 Y Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres.

3 Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.

4 Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene.

5 Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa.

6 Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

7 Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad.

8 Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos.

9 Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos.

10 Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.

11 Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido.

12 Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel.

13 Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba.

14 Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra.

15 Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.

16 Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha.

17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas.

18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel.

19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.

20 Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran confusión.

21 Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, se pusieron también del lado de los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán.

22 Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, también ellos los persiguieron en aquella batalla.

23 Así salvó Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.

24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había probado pan.

25 Y todo el pueblo llegó a un bosque, donde había miel en la superficie del campo.

26 Entró, pues, el pueblo en el bosque, y he aquí que la miel corría; pero no hubo quien hiciera llegar su mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento.

27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos.

28 Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo desfallecía.

29 Respondió Jonatán: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel.

30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botín tomado de sus enemigos? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago entre los filisteos?

31 E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; pero el pueblo estaba muy cansado.

32 Y se lanzó el pueblo sobre el botín, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con sangre.

33 Y le dieron aviso a Saúl, diciendo: El pueblo peca contra Jehová, comiendo la carne con la sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una piedra grande.

34 Además dijo Saúl: Esparcíos por el pueblo, y decidles que me traigan cada uno su vaca, y cada cual su oveja, y degolladlas aquí, y comed; y no pequéis contra Jehová comiendo la carne con la sangre. Y trajo todo el pueblo cada cual por su mano su vaca aquella noche, y las degollaron allí.

35 Y edificó Saúl altar a Jehová; este altar fue el primero que edificó a Jehová.

36 Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la mañana, y no dejaremos de ellos ninguno. Y ellos dijeron: Haz lo que bien te pareciere. Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios.

37 Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Mas Jehová no le dio respuesta aquel día.

38 Entonces dijo Saúl: Venid acá todos los principales del pueblo, y sabed y ved en qué ha consistido este pecado hoy;

39 porque vive Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro morirá. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese.

40 Dijo luego a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere.

41 Entonces dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre.

42 Y Saúl dijo: Echad suertes entre mí y Jonatán mi hijo. Y la suerte cayó sobre Jonatán.

43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho. Y Jonatán se lo declaró y dijo: Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traía en mi mano; ¿y he de morir?

44 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán.

45 Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha hecho esta grande salvación en Israel? No será así. Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios. Así el pueblo libró de morir a Jonatán.

46 Y Saúl dejó de seguir a los filisteos; y los filisteos se fueron a su lugar.

47 Después de haber tomado posesión del reinado de Israel, Saúl hizo guerra a todos sus enemigos en derredor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía, era vencedor.

48 Y reunió un ejército y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban.

49 Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa. Y los nombres de sus dos hijas eran, el de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.

50 Y el nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. Y el nombre del general de su ejército era Abner, hijo de Ner tío de Saúl.

51 Porque Cis padre de Saúl, y Ner padre de Abner, fueron hijos de Abiel.

52 Y hubo guerra encarnizada contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a todo el que Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba consigo.

  X


1 Ese día, Jonatán dijo a su escudero: "Vayamos a atacarlo", sin que lo supiera su padre.

2 Este acampaba en las cercanías de Guibea, bajo el granado que está cerca de la era, y estaban con él unos seiscientos hombres.

3 Ajías, hijo de Ajitub, y hermano de Icabod, hijo de Finjas, hijo de Helí, el sacerdote de Yavé en Silo, llevaba el efod para consultar a Yavé. Nadie sabía a dónde había ido Jonatán.

4 En el paso por donde aquél tenía que atravesar para llegar al campamento filisteo hay dos rocas sobresalientes a uno y otro lado; una se llama Boses y la otra Sené.

5 La primera mira al norte, frente a Micmas, y la segunda al sur, frente a Guibea.

6 Entonces Jonatán dijo a su escudero: "Ven, ataquemos la posición de esos incircuncisos; puede ser que Yavé combata con nosotros y venzamos, ya que le es igualmente fácil a Dios dar la victoria con mucha o poca gente."

7 Su escudero respondió: "Haz como tú quieras. Por mi parte, haré lo que tú me digas."

8 Jonatán añadió: "Mira, nos vamos a acercar a esa gente. Si, una vez que nos hayan descubierto,

9 nos dicen: Esperen hasta que lleguemos a ustedes; quedémonos quietos y no avancemos hacia ellos.

10 Pero si nos dicen: Suban hacia nosotros, avancemos, es la señal de que Yavé los ha puesto en nuestras manos."

11 Luego que los dos fueron vistos por la guardia de los filisteos, éstos dijeron: "Miren a los hebreos que van saliendo de las cavernas, donde se habían escondido."

12 Y la gente de la guardia gritó a Jonatán y a su escudero: "Suban hacia nosotros, que les vamos a enseñar algo." Entonces Jonatán dijo a su escudero: "Subamos, sígueme, porque Yavé los ha entregado en manos de Israel."

13 Subió Jonatán, ayudándose de pies y manos, y su escudero lo seguía. Caían los filisteos ante Jonatán, y los remataba su escudero, que lo iba siguiendo.

14 Este fue el primer destrozo en que Jonatán y su escudero mataron como unos veinte hombres en un espacio como de la mitad de un surco.

15 Cundió el terror en el campamento de los filisteos, en el campo y en el pueblo. También el pelotón de avanzada y las columnas que saqueaban el campo se atemorizaron. La tierra se estremeció y se produjo un pánico extraordinario.

16 Los vigías de Saúl que estaban en Guibea de Benjamín vieron que la gente del campamento se dispersaba y se movía de un lado para otro.

17 Ante esta situación, Saúl ordenó a sus hombres que se pusieran en fila para ver quién faltaba. Luego que pasó revista a sus tropas, vieron que faltaba Jonatán y su escudero.

18 Entonces Saúl dijo a Ajías: "Trae el efod", pues él lo había traído para consultar a Yavé por Israel.

19 Pero, mientras Saúl hablaba al sacerdote, la confusión en el campamento filisteo se iba haciendo cada vez mayor;

20 por eso Saúl dijo al sacerdote: "Retira tu mano." Saúl reunió a toda su tropa y se dirigieron al campo de batalla; allí vieron que la confusión era total y que unos y otros se herían con sus espadas.

21 Además, los hebreos que antes estaban al servicio de los filisteos y que habían subido con ellos al campamento, se incorporaron a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.

22 Todos los israelitas que se habían escondido en la montaña de Efraím, al saber que los filisteos huían, los persiguieron.

23 Este día Yavé salvó a Israel, y el combate se extendió más allá de Bet-Horón.

24 Pero Saúl había hecho este juramento ante el pueblo (lo que fue un gran error de Saúl): "Maldito sea el hombre que coma algo antes de la noche, antes que me haya vengado de mis enemigos." Y nadie del pueblo había comido, sino que todos ayunaban.

25 Toda la gente había entrado en un bosque donde había miel,

26 pero a pesar de que la vieron corriendo en el suelo, nadie se atrevió a tomarla, ya que temían el juramento del rey.

27 Jonatán, que no había oído el juramento que su padre pronunció ante el pueblo, alargó la punta del bastón que tenía en la mano, la mojó en un panal de miel y se la llevó a la boca; sus ojos brillaban al recobrar el vigor.

28 Uno de los que estaban ahí le dijo: "Tu padre dijo al pueblo, obligándolo con juramento: Maldito el hombre que hoy coma algo."

29 Jonatán respondió: "Mi padre lo ha echado a perder todo con ese juramento. Ustedes ven cómo mis ojos recobran el brillo por haber probado ese poco de miel.

30 Entonces, si la gente hubiera comido hoy de lo que encontró en el botín de sus enemigos, ¿no hubiera sido mayor la derrota de los filisteos?"

31 Sin embargo, fueron acuchillando a los filisteos desde Micmas hasta Ayalón.

32 El pueblo, muy fatigado, se entregó al saqueo; tomaron ovejas, bueyes y terneros, los degollaron sobre el suelo y comieron encima de la sangre.

33 Avisaron a Saúl: "El pueblo está pecando contra Yavé, al comer al lado de la sangre." Saúl dijo: "Ustedes son unos traidores: traigan rodando hasta aquí una piedra grande."

34 Y agregó: "Repártanse entre el pueblo y díganles que cada uno traiga su buey o su carnero; degüéllenlo sobre esta piedra y coman, así no pecarán contra Yavé por comer encima de la sangre." Aquella noche, pues, cada uno trajo lo que tenía de botín, y lo degollaron allí.

35 Saúl levantó un altar a Yavé en aquel lugar, siendo éste el primero que le erigió.

36 Después Saúl dijo: "Bajemos esta noche en persecución de los filisteos y acabemos con ellos antes que amanezca; no dejemos ni un solo hombre." El pueblo respondió: "Haz lo mejor que te parezca." Pero el sacerdote dijo: "Acerquémonos antes a consultar a Dios".

37 Y Saúl consultó a Dios: "¿Bajo para perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás en las manos de Israel?" Pero Yavé no le dio respuesta en aquel día.

38 Entonces dijo Saúl: "Acérquense aquí todos los jefes del pueblo, averigüen en qué consistió el pecado de hoy.

39 Por la vida de Yavé que salvó a Israel, que aunque se trate de mi hijo Jonatán, no lo perdonaré y morirá." Ninguno del pueblo se atrevió a responderle.

40 Dijo a todo Israel: "Pónganse a un lado, y mi hijo Jonatán conmigo nos pondremos al otro." El pueblo le contestó: "Haz lo que mejor te parezca."

41 Entonces dijo Saúl: "Yavé, Dios de Israel, ¿por qué no respondes hoy a tu siervo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, manifiéstalo; si el pecado es de tu pueblo Israel, demuéstralo." Fueron señalados Saúl y Jonatán, quedando libre el pueblo.

42 Saúl dijo: "Echen suerte entre mi hijo Jonatán y yo; y aquel que señale Yavé morirá." Pero el pueblo dijo: "No será así." Saúl insistió y fue echada la suerte entre él y su hijo Jonatán, y fue señalado Jonatán.

43 Dijo, pues, Saúl a Jonatán: "Cuéntame lo que has hecho." Jonatán se lo contó y dijo: "No he hecho más que probar un poco de miel con la punta del bastón que tenía en la mano.

44 ¿Acaso por eso voy a morir?" Saúl contestó: "Que Dios me trate con todo el rigor de su justicia si tú, Jonatán, no mueres."

45 Pero el pueblo dijo a Saúl: "¿Acaso va a morir Jonatán, que acaba de dar a Israel esta gran victoria? ¡Ni siquiera pensarlo! Por la vida de Yavé, no caerá en tierra ni un cabello de su cabeza, porque con ayuda de Dios lo hizo." Así el pueblo liberó a Jonatán de la muerte.

46 Y como Saúl desistiera de perseguir a los filisteos, éstos alcanzaron a llegar a su país.

47 Cuando Saúl se sintió seguro en el trono de Israel, comenzó a combatir con todos los enemigos que tenía a la redonda: con Moab, los amonitas, Edom, Bet-Rejob, los reyes de Sobá y los filisteos; y en cualquier parte que peleaba resultaba vencedor.

48 Hizo grandes hazañas, venció a los amalecitas y libró a Israel de los que lo saqueaban.

49 Los hijos de Saúl fueron: Jonatán, Isví y Melquisuá. Sus hijas eran: Merob, la mayor, y Micol, la menor.

50 La esposa de Saúl se llamaba Ajínoam, hija de Ajimás. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl;

51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.

52 Durante toda la vida de Saúl hubo una guerra muy dura contra los filisteos. Por esta razón, cuando Saúl tenía noticias de algún hombre robusto y valiente, lo incorporaba a su ejército.