4 De este modo podrás verificar la solidez de las enseñanzas que has recibido.
7 No tenían hijos, pues Isabel no podía tener familia, y los dos eran ya de edad avanzada.
8 Mientras Zacarías y los otros sacerdotes de su grupo estaban oficiando ante el Señor,
10 Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios.
11 En esto se le apareció un ángel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso.
12 Zacarías se turbó al verlo y el temor se apoderó de él.
14 Será para ti un gozo muy grande, y muchos más se alegrarán con su nacimiento,
16 Por medio de él muchos hijos de Israel volverán al Señor, su Dios.
18 Zacarías dijo al ángel: "¿Quién me lo puede asegurar? Yo ya soy viejo y mi esposa también."
21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaban de que se demorase tanto en el Santuario.
23 Al terminar el tiempo de su servicio, Zacarías regresó a su casa,
25 "¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza."
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
28 Llegó el ángel hasta ella y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo."
29 María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.
30 Pero el ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.
31 Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús.
33 gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás."
34 María entonces dijo al ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?"
37 Para Dios, nada es imposible."
40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo
42 y exclamó en alta voz: "¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
43 ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?
44 Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas.
45 ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!"
46 María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor,
47 y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
48 porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz.
49 El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre!
50 Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia.
51 Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes.
52 Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes.
53 Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías.
54 Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia,
55 como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre.
56 María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa.
57 Cuando le llegó a Isabel su día, dio a luz un hijo,
59 Al octavo día vinieron para cumplir con el niño el rito de la circuncisión,
61 Los otros dijeron: "Pero si no hay nadie en tu familia que se llame así."
62 Preguntaron por señas al padre cómo quería que lo llamasen.
64 En ese mismo instante se le soltó la lengua y comenzó a alabar a Dios.
67 Su padre, Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a recitar estos versos proféticos:
68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
69 Ahora sale triunfante nuestra salvación en la casa de David, su siervo,
70 como lo había dicho desde tiempos antiguos por boca de sus santos profetas:
71 que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;
72 que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres y cómo recuerda su santa alianza.
73 Pues juró a nuestro padre Abraham
74 que nos libraría de nuestros enemigos para que lo sirvamos sin temor,
75 justos y santos, todos los días de nuestra vida.
77 para decir a su pueblo lo que será su salvación. Pues van a recibir el perdón de sus pecados,