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ECLESIASTES 7 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento.

2 Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.

3 Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.

4 El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en la casa en que hay alegría.

5 Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.

6 Porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla. Y también esto es vanidad.

7 Ciertamente la opresión hace entontecer al sabio, y las dádivas corrompen el corazón.

8 Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.

9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.

10 Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.

11 Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol.

12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.

13 Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?

14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.

15 Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

16 No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte?

17 No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?

18 Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.

19 La sabiduría fortalece al sabio más que diez poderosos que haya en una ciudad.

20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

21 Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti;

22 porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.

23 Todas estas cosas probé con sabiduría, diciendo: Seré sabio; pero la sabiduría se alejó de mí.

24 Lejos está lo que fue; y lo muy profundo, ¿quién lo hallará?

25 Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error.

26 Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso.

27 He aquí que esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas una por una para hallar la razón;

28 lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas éstas nunca hallé.

29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.

  X


1 Una buena reputación vale más que un buen perfume: el día de la muerte pasa pues antes que el del nacimiento.

2 Anda a la casa que está de duelo más que a la que está de fiesta: verás el fin de todo hombre, y al que vive le da para pensar.

3 Más vale el pesar que la risa: la tristeza en el rostro promete un mejor corazón.

4 La casa en duelo da para pensar a los sabios, los tontos no piensan más que en la casa alegre.

5 Más vale escuchar la reprensión del un sabio que la canción de los tontos;

6 la risa del tonto es como el crepitar de zarzas que arden bajo la marmita. Esta es una cosa desconcertante:

7 la corrupción pervierte incluso al sabio; los regalos ahogan la conciencia.

8 Terminar una obra vale más que comenzarla: lo que cuenta es la perseverancia, y no la pretensión.

9 No dejes que tu espíritu ceda a la cólera: la cólera se siente a gusto en el tonto.

10 No digas: "¿Cómo serían los tiempos antiguos? Ciertamente mejores que los de ahora". Pues no es la sabiduría la que te hace formular esa pregunta.

11 La sabiduría es útil para el que tiene tierras: ¡cuánto más para los que ven el sol!

12 La sabiduría es una protección como lo es el dinero; pero la ventaja del saber es que la sabiduría da la vida a los que la poseen.

13 Contempla la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él ha curvado?

14 En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin.

15 He visto de todo en esta vida tan decepcionante: hay justos que perecen a pesar de su justicia, y malos que prolongan sus días, a pesar de su maldad.

16 No seas justo en exceso, ni te hagas el sabio más de lo necesario: podrías demolerte.

17 No seas malvado en demasía ni te comportes como un insensato: podrías morir antes de tiempo.

18 Es bueno tomar un partido sin descartar la posibilidad del otro: el que teme a Dios sacará provecho del uno y de lo otro.

19 La sabiduría hace al sabio más poderoso que los diez jefes de su ciudad.

20 No hay en la tierra ningún hombre lo bastante justo como para hacer el bien sin nunca pecar.

21 No hagas pues caso a todo lo que se cuenta: así no oirás a tu servidor hablar mal de ti.

22 Tú mismo lo sabes muy bien, has hablado con frecuencia mal de los otros.

23 Todo eso lo he experimentado: es cuestión de sabiduría. Me había dicho: "Quiero ser sabio". ¡Pero estaba tan lejos de mí!

24 Está más allá de todo lo que existe.

25 Cuando me dediqué a saber, a profundizar, a buscar la sabiduría y el por qué de las cosas, reconocí que la maldad es una tontería y una locura.

26 Saqué esta conclusión: que la mujer es más amarga que la muerte; ella es para el hombre una trampa, su corazón es una red y sus brazos, cadenas. El que agrada a Dios se escapa de ella, pero el pecador se deja atrapar.

27 Esto es lo que he encontrado -decía Qohelet- al reflexionar sobre todas las cosas, una tras otra, para comprender.

28 Sin embargo busco todavía: un hombre entre mil y lo encontré; pero una mujer entre todas, y no la he hallado.

29 Y esto es lo que vi: Dios hizo sencillo al ser humano, pero ellos se han buscado mil problemas.