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PROVERBIOS 5 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia inclina tu oído,

2 Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia.

3 Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;

4 Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos.

5 Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol.

6 Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida.

7 Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca.

8 Aleja de ella tu camino, Y no te acerques a la puerta de su casa;

9 Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel;

10 No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño;

11 Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo,

12 Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión;

13 No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!

14 Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.

15 Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo.

16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas?

17 Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo.

18 Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud,

19 Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre.

20 ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña?

21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas.

22 Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado.

23 El morirá por falta de corrección, Y errará por lo inmenso de su locura.

  X


1 Hijo mío, pon atención a mi sabiduría, oye bien mis palabras de advertencia.

2 Recuerda mis consejos y habla siempre a sabiendas.

3 Las lisonjas de la mujer infiel son dulces como la miel, sus palabras son más pegajosas que el aceite.

4 Pero el fin será más amargo que el ajenjo; es una espada afilada de doble filo.

5 Sus pies corren derecho a la muerte, sus pasos descienden a la tumba;

6 más que tomar el camino de la vida, ella sigue la senda que se desvía quién sabe a dónde.

7 Y ahora, hijo mío, no te apartes de mis consejos.

8 Que tu trayecto pase lejos de esa mujer, no te arriesgues a la entrada de su casa.

9 Porque a lo mejor puedes perder tu honor con gente extraña, y años de tu vida pueden pasar a gente despiadada.

10 ¡No sea que extraños devoren tu fortuna, y tus economías acaben en la casa de otro!

11 Entonces te lamentarás, viendo como se agotaron tus fuerzas y tu salud,

12 y dirás: "¿Cómo pude rechazar las advertencias y despreciar tantos sabios consejos?

13 ¿Por qué no escuché la voz de mis maestros y seguí los consejos de los que me instruían?

14 Ahora casi he llegado al nivel más bajo, en medio del pueblo y de la asamblea!"

15 ¡Toma el agua de tu propia cisterna, bebe el agua que brota de tu fuente!

16 No permitas que tus aguas se pierdan fuera, que las vean correr por las calles.

17 ¡Que sean sólo para ti, y no para extraños junto contigo!

18 ¡Bendita sea tu fuente, y sea tu alegría la mujer de tu juventud,

19 graciosa cierva, amable gacela! Encuentra el placer entre sus pechos en cualquier momento, y permanece siempre prendado de su amor!

20 ¿Por qué, hijo mío, te dejarías llevar por la pasión por una desconocida, por qué apretar el vientre de una extraña?

21 Has de saber que Yavé observa el comportamiento de los hombres y vigila todos sus pasos.

22 El que hace el mal quedará atrapado en el mal que hizo, se verá atado por sus propios pecados.

23 Morirá porque falta de disciplina, se perderá cuando sus errores lleguen al colmo.