1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.
4 Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
5 Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte.
8 Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.
9 Inclinó los cielos, y descendió; Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
10 Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento.
12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.
13 Tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones de fuego.
14 Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpagos, y los destruyó.
16 Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo.
19 Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.
21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.
22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos.
23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.
26 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.
27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.
28 Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
29 Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.
31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32 Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino;
33 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;
34 Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos.
38 Los herí de modo que no se levantasen; Cayeron debajo de mis pies.
39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí.
40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruya a los que me aborrecen.
41 Clamaron, y no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó.
42 Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.
44 Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron a mí.
45 Los extraños se debilitaron Y salieron temblando de sus encierros.
46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;
47 El Dios que venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí;
49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.