Biblia Online

La Palabra de Dios preservada y viva

728

SALMOS 55 Paralela rv60
y bla95

< Anterior

Siguiente >

Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica.

2 Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo,

3 A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque sobre mí echaron iniquidad, Y con furor me persiguen.

4 Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído.

5 Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto.

6 Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.

7 Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. Selah

8 Me apresuraría a escapar Del viento borrascoso, de la tempestad.

9 Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros, E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 Maldad hay en medio de ella, Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él;

13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar;

14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios.

15 Que la muerte les sorprenda; Desciendan vivos al Seol, Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará.

17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.

18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos.

19 Dios oirá, y los quebrantará luego, El que permanece desde la antigüedad; Por cuanto no cambian, Ni temen a Dios. Selah

20 Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él; Violó su pacto.

21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, Pero guerra hay en su corazón; Suaviza sus palabras más que el aceite, Mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; Pero yo en ti confiaré.

  X


1

2 Oh Dios, pon atención a mi plegaria no desatiendas mis súplicas.

3 Atiéndeme y respóndeme: me agito lamentándome y gimiendo,

4 al oír la voz del enemigo y las amenazas del impío.

5 Con sus aullidos me ensordecen y me persiguen con alevosía.

6 Mi corazón se estremece en mi pecho, una angustia mortal me sobrecoge; me invaden el miedo y el terror y el pavor me atenaza. Y yo dije:

7 Si tuviera alas de paloma volaría a donde pudiera posarme.

8 Huiría muy lejos, y pasaría la noche en el desierto.

9 Buscaría un asilo a toda prisa contra la tempestad y contra el viento.

10 Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas, pues violencia y discordia he visto en la ciudad;

11 rondan por sus murallas día y noche y dentro están la injusticia y el crimen.

12 El mal aloja en ella; de su plaza no se alejan la astucia y el engaño.

13 Si llegara a insultarme un enemigo, yo lo soportaría; si el que me odia se alzara en contra mía, me escondería de él;

14 mas fuiste tú, un hombre como yo, mi familiar, mi amigo,

15 a quien me unía una dulce amistad; juntos íbamos a la casa de Dios en alegre convivencia.

16 Que la muerte los sorprenda, que bajen vivos al lugar de los muertos, pues el mal se cobija en su interior.

17 Pero yo clamo a Dios y el Señor me salvará.

18 De tarde, de mañana, al mediodía, me lamento y me aflijo y escuchará mi voz.

19 Me dará la paz, me sacará del combate, aunque muchos estén en contra mía.

20 Dios atenderá y los humillará, el que reina desde siempre. ¿Podrán convertirse si no temen a Dios?

21 Alzan la mano contra sus amigos, no cumplen sus compromisos,

22 su boca es más untuosa que una crema pero su corazón es agresivo; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desenvainadas.

23 Descarga en el Señor todo tu peso, porque él te sostendrá; no dejará que el justo se hunda para siempre.

24 Tú, oh Dios, los echarás al pozo de la muerte los hombres sanguinarios y embusteros: no llegarán a la mitad de su vida, pero yo, confío en ti.