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La Palabra de Dios preservada y viva

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SALMOS 68 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

2 Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios.

3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.

4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.

5 Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.

6 Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.

7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, Selah

8 La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste.

10 Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

11 El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.

12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.

13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.

14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.

15 Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.

16 ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah

20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados.

22 El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las profundidades del mar;

23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros.

24 Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

25 Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos.

26 Bendecid a Dios en las congregaciones; Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.

27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.

29 Por razón de tu templo en Jerusalén Los reyes te ofrecerán dones.

30 Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata; Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.

31 Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

32 Reinos de la tierra, cantad a Dios, Cantad al Señor; Selah

33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa voz.

34 Atribuid poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos.

35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios.

  X


1

2 Que Dios se pare y sus enemigos se dispersen, que huyan ante él los que lo odian.

3 Como humo al viento, así tú los disipas, como cera en el fuego se deshacen.

4 En presencia de Dios los malos perecen, mientras que los justos se regocijan, y ante Dios saltan y gritan de alegría.

5 Canten a Dios y toquen a su Nombre, abran camino al que cabalga en las nubes, alégrense en Dios y bailen ante él.

6 Padre del huérfano, defensor de las viudas, ese es Dios en su santa morada.

7 Al solitario le da el calor de hogar, deja libre al preso encadenado, a los rebeldes los deja en calabozos.

8 Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo, para tomar el camino del desierto,

9 la tierra tembló y los cielos destilaron en presencia de Dios, el Dios de Israel.

10 Esparciste una lluvia generosa para reanimar a los tuyos extenuados,

11 tu familia encontró una morada, la que en tu bondad destinabas a los pobres.

12 El Señor ha mandado una palabra, y es buena noticia para el gran ejército:

13 ¡Huyen, huyen los reyes con sus tropas! Una sirvienta reparte el botín:

14 alas de paloma cubiertas de plata, con sus plumas color de oro.

15 Mientras el Omnipotente vencía a los reyes, caía nieve en el monte Salmón.

16 Montes de Dios, montes de Basán, montes escarpados, montes de Basán:

17 ¿por qué miran celosos, montes escarpados, al monte que Dios quiso habitar? Sepan que el Señor lo habita para siempre.

18 Los carros de Dios son miles y miles, en ellos vino del Sinaí al Santuario.

19 Subiste a las alturas, tomaste cautivos, y recibiste hombres en tributo. Hasta los rebeldes se quedarán a tu lado.

20 ¡Bendito sea el Señor día tras día! El Dios que salva se encarga de nosotros.

21 Se hizo para nosotros un Dios que libera, con Yahvé, el Señor, escapamos a la muerte.

22 Dios aplasta la cabeza de sus enemigos, el cráneo de los habituados al crimen.

23 El Señor lo dijo: "Los traeré de Basán y de las profundidades del mar,

24 para que hundas los pies en su sangre y hasta la lengua de tus perros reciba su parte de los enemigos."

25 He visto, oh Dios, tus procesiones, las procesiones de mi Dios, de mi rey, en el santuario.

26 Los cantores van delante, los músicos detrás, en medio van las niñas tocando tamboriles.

27 ¡Bendigan a Dios con coros, bendigan al Señor en las fiestas de Israel!

28 Benjamín, el menor, abre el cortejo, los príncipes de Judá con ropas bordadas, los príncipes de Zabulón, los de Neftalí.

29 Oh Dios, habla con fuerza, con la fuerza que manifestaste con nosotros.

30 Desde tu templo que domina Jerusalén, donde los reyes te aportan sus ofrendas,

31 amenaza al monstruo de los cañaverales, al tropel de toros, a los dueños de los pueblos para que se sometan y te ofrezcan oro y plata. Dispersa a los pueblos que aman la guerra.

32 Desde Egipto vendrán los más ricos, Etiopía tenderá a Dios sus manos.

33 Reinos de la tierra, canten a Dios, toquen para el Señor,

34 que cabalga por los cielos seculares. ¡Oigan su voz, su voz que es poderosa!

35 Reconozcan el poder de Dios, él es grande en Israel, y en lo alto, poderoso.

36 Dios es terrible desde su santuario, el, el Dios de Israel, él da a su pueblo fuerza y poder.