1 REYES 20:38 Contexto

Y cierto hombre de los hijos de los profetas dijo a su amigo por la palabra de Jehová: “Hiéreme, por favor”. Pero el hombre rehusó herirlo. Por lo tanto, le dijo: “Por razón de que no escuchaste la voz de Jehová, mira, te vas de mí, y un león ciertamente te derribará”. Tras eso, se fue de junto a él, y el león logró hallarlo y derribarlo. Y él, al proseguir, halló a otro hombre, y dijo: “Hiéreme, por favor”. De modo que el hombre le dio un golpe, golpeando y causando herida. Entonces el profeta se fue y se quedó parado junto al camino [esperando] al rey, y se mantuvo disfrazado con una venda sobre los ojos. Y aconteció que, al ir pasando el rey, gritó al rey y procedió a decir: “Tu siervo mismo salió y entró en lo más reñido del combate; y, ¡mira!, un hombre salía de la fila, y vino trayéndome un hombre y entonces dijo: ‘Guarda a este hombre. Si de manera alguna llegara a faltar, entonces tu alma tendrá que tomar el lugar de su alma, o, si no, pesarás en pago un talento de plata’. Y aconteció que, estando activo tu siervo aquí y allí, pues, aquel mismo se había ido”. Ante esto, el rey de Israel le dijo: “Tal es tu propio juicio. Tú mismo lo has decidido”. En esto él se quitó apresuradamente la venda de sobre los ojos, y el rey de Israel llegó a reconocerlo, que era de los profetas.

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