“ Y aconteció que, al ir pasando el rey, gritó al rey y procedió a decir: “Tu siervo mismo salió y entró en lo más reñido del combate; y, ¡mira!, un hombre salía de la fila, y vino trayéndome un hombre y entonces dijo: ‘Guarda a este hombre. Si de manera alguna llegara a faltar, entonces tu alma tendrá que tomar el lugar de su alma, o, si no, pesarás en pago un talento de plata’.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)