“ Y, padre mío, ve, sí, ve la falda de tu vestidura sin mangas en mi mano, porque cuando corté la falda de tu vestidura sin mangas no te maté. Sabe y ve que no hay en mi mano ni maldad ni sublevación, y yo no he pecado contra ti, mientras que tú estás acechando mi alma para quitármela.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)