“ Y aconteció que, mientras se inclinaba en la casa de Nisroc su dios, Adramélec y Sarézer, sus hijos, lo derribaron ellos mismos a espada, y ellos mismos escaparon a la tierra de Ararat. Y Esar-hadón su hijo empezó a reinar en lugar de él.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)