“ (Melodía de David, cuando se hallaba en el desierto de Judá.)par Oh Dios, tú eres mi Dios; sigo buscándote. Mi alma de veras tiene sed de ti. Por ti mi carne ha desmayado [de anhelo] en una tierra seca y agotada, donde no hay agua.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)