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1 SAMUEL 21 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Vino David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y se sorprendió Ahimelec de su encuentro, y le dijo: ¿Cómo vienes tú solo, y nadie contigo?

2 Y respondió David al sacerdote Ahimelec: El rey me encomendó un asunto, y me dijo: Nadie sepa cosa alguna del asunto a que te envío, y lo que te he encomendado; y yo les señalé a los criados un cierto lugar.

3 Ahora, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que tengas.

4 El sacerdote respondió a David y dijo: No tengo pan común a la mano, solamente tengo pan sagrado; pero lo daré si los criados se han guardado a lo menos de mujeres.

5 Y David respondió al sacerdote, y le dijo: En verdad las mujeres han estado lejos de nosotros ayer y anteayer; cuando yo salí, ya los vasos de los jóvenes eran santos, aunque el viaje es profano; ¿cuánto más no serán santos hoy sus vasos?

6 Así el sacerdote le dio el pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de la presencia de Jehová, para poner panes calientes el día que aquéllos fueron quitados.

7 Y estaba allí aquel día detenido delante de Jehová uno de los siervos de Saúl, cuyo nombre era Doeg, edomita, el principal de los pastores de Saúl.

8 Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano lanza o espada? Porque no tomé en mi mano mi espada ni mis armas, por cuanto la orden del rey era apremiante.

9 Y el sacerdote respondió: La espada de Goliat el filisteo, al que tú venciste en el valle de Ela, está aquí envuelta en un velo detrás del efod; si quieres tomarla, tómala; porque aquí no hay otra sino esa. Y dijo David: Ninguna como ella; dámela.

10 Y levantándose David aquel día, huyó de la presencia de Saúl, y se fue a Aquis rey de Gat.

11 Y los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿no es éste de quien cantaban en las danzas, diciendo: Hirió Saúl a sus miles, Y David a sus diez miles?

12 Y David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Aquis rey de Gat.

13 Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba.

14 Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, veis que este hombre es demente; ¿por qué lo habéis traído a mí?

15 ¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa?

  X


1 David se fue, y Jonatán volvió a la ciudad.

2 David llegó a Nob y se presentó al sacerdote Ajimelec. Este salió asustado a recibirlo y le dijo: "¿Por qué estás solo y no hay nadie contigo?"

3 David contestó: "El rey me ha dado una orden y me ha dicho: Que nadie conozca la misión que te confío y la orden que te he dado. Por eso he dado cita a mis hombres en tal lugar.

4 Ahora, si tienes cinco panes o lo que encuentres, dámelos."

5 El sacerdote le contestó: "No tengo a mano pan ordinario. El único que hay es pan consagrado, con tal que tus hombres no hayan tenido relaciones con mujeres."

6 David le respondió: "De hecho nos hemos abstenido desde el momento en que salimos. Los jóvenes permanecieron puros en cuanto al sexo a pesar de que es una expedición ordinaria. Ahora están puros."

7 Entonces el sacerdote le dio el pan sagrado, porque no había allí otro pan. Era el pan que se ofrece y se deja en presencia de Yavé, en su santuario. El sábado anterior lo habían retirado para reemplazarlo por pan caliente.

8 Estaba aquel día en ese lugar uno de los servidores de Saúl. Era un edomita llamado Doeg, el más importante entre los pastores que dependían de Saúl.

9 Dijo David a Ajimelec: "¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque ni siquiera he alcanzado a tomar mi espada ni mis armas, pues la orden del rey era urgente."

10 Respondió el sacerdote: "Ahí está la espada de Goliat, el filisteo que mataste en el valle del Terebinto. Está envuelta en un paño detrás del efod; si deseas, tómala; porque aquí no hay más que ésa." Dijo David: "Dámela, no hay otra como ella."

11 Ese mismo día se despidió David y huyó de Saúl, yendo donde Aquis, rey de Gat.

12 Al verlo, los servidores de Aquis le dijeron a éste: "Oh rey, ¿no es éste David? ¿No es éste a quien le cantaban en danza: "Saúl mató a mil, David mató a diez mil?"

13 David comprendió estas palabras y temió mucho a Aquis.

14 Entonces David les hizo creer que había perdido la razón y se portaba como un loco: hacía como que tocaba el tambor en las puertas y dejaba que le corriera la saliva por la barba.

15 Dijo Aquis a sus servidores: "Si ustedes ven que está loco, ¿para qué me lo trajeron?

16 ¿Es que me hacen falta locos, para que venga éste a molestarme con sus locuras? ¡Que no entre en mi casa!"