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DANIEL 6 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino.

2 Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado.

3 Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino.

4 Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.

5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.

6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive!

7 Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.

8 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.

9 Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición.

10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

11 Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios.

12 Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada.

13 Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.

14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle.

15 Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.

16 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.

17 Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.

18 Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.

19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.

20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?

21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.

22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.

23 Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.

24 Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.

25 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.

26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.

27 El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.

28 Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.

  X


1 Y recibió el reino Darío, el medo, que tenía sesenta y dos años. Daniel es arrojado al foso de los leones

2 Decidió Darío establecer en su reino ciento veinte gobernadores para todas las partes del reino.

3 Los puso bajo el mando de tres ministros, Daniel era uno de ellos, a los que debían rendir cuenta con el fin de cuidar los intereses del rey.

4 Daniel se distinguía entre los ministros y los gobernadores porque en él había un espíritu extraordinario y el rey se proponía ponerlo al frente del reino entero.

5 Por eso, los ministros y los gobernadores buscaban un pretexto para acusar a Daniel de algún crimen contra el estado; pero no pudieron hallar motivo alguno de acusación ni falta alguna, porque él era fiel y no se le podía reprochar de negligencia ni de falta.

6 Entonces dijeron aquellos hombres: "No encontraremos ningún motivo de acusación contra Daniel si no es en lo referente a la Ley de su Dios."

7 Los ministros y los gobernadores acudieron, pues, rápidamente ante el rey y le hablaron así: "Viva para siempre el rey Darío.

8 Todos los ministros del reino, prefectos, gobernadores, consejeros y funcionarios aconsejan de común acuerdo que se promulgue un decreto real con la siguiente prohibición: Todo el que en el término de treinta días dirija una oración a cualquiera que sea, dios u hombre, fuera de ti, oh gran rey, será arrojado al foso de los leones.

9 Por eso, da fuerza de ley a esta prohibición, poniéndola por escrito, de modo que no se cambie nada, de acuerdo a la ley de los medos y persas, que es irrevocable."

10 Ante esto, el rey Darío firmó el decreto de prohibición.

11 Daniel, al saber que el decreto había sido firmado, entró en su casa. Las ventanas de su pieza superior estaban orientadas hacia Jerusalén y, tres veces al día, se ponía de rodillas, orando y alabando a su Dios, como lo había hecho siempre.

12 Aquellos hombres vinieron en masa y sorprendieron a Daniel invocando y suplicando a su Dios.

13 Entonces se presentaron al rey y le dijeron sobre la prohibición real: "¿No firmaste tú una prohibición según la cual todo el que dirigiera, en el término de treinta días, una oración a cualquiera que fuera, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sería echado al foso de los leones?" Respondió el rey: "La cosa está decidida, según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable."

14 Entonces ellos dijeron en presencia del rey: "Daniel, el desterrado judío, no hace caso de ti, ni de la prohibición que firmaste, y reza tres veces al día."

15 Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso salvar a Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo.

16 Pero aquellos hombres volvieron apresuradamente ante el rey y le dijeron: "Ya sabes, oh rey, que según la ley de los medos y los persas ninguna prohibición o decreto real puede ser modificado."

17 Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarlo al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: "Que tu Dios, al que sirves con tanto valor, te libre."

18 Trajeron una piedra y la colocaron a la entrada del foso. El rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que la suerte de Daniel no pudiera cambiarse.

19 Después el rey volvió a su palacio y se acostó en ayunas. No quiso que le trajeran compañía y perdió el sueño.

20 Al amanecer, cuando rayaba el alba, el rey se levantó y se dirigió a toda prisa al foso de los leones.

21 Al acercarse al foso, gritó a Daniel con voz angustiosa: "Daniel, servidor del Dios verdadero, ¿ha podido tu Dios, a quien sirves con perseverancia, librarte de los leones?"

22 Entonces Daniel habló con el rey: "¡Viva el rey para siempre!

23 Mi Dios envió a su ángel para cerrar la boca de los leones y no me han hecho ningún mal porque Dios me sabía inocente. Tampoco en contra tuya he cometido ninguna falta."

24 Entonces el rey se alegró sobremanera y mandó sacar a Daniel del foso. Lo sacaron y no hallaron ninguna herida, porque había confiado en Dios.

25 Y el rey mandó traer a los hombres que habían acusado a Daniel y echarlos al foso de los leones, junto con sus mujeres y sus hijos. No llegaban al fondo del foso cuando los leones se lanzaron sobre ellos y los despedazaron.

26 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos y naciones, y a los hombres de todos los idiomas que habitan en toda la tierra:

27 "¡Paz abundante! Doy orden de que en todos los dominios de mi reino se tema y se respete al Dios de Daniel, porque él es el Dios vivo que existe eternamente, su reino no será destruido y su imperio durará hasta el fin.

28 El salva y libra, obra señales y milagros en los cielos y en la tierra; él ha salvado a Daniel de los leones."

29 Y Daniel prosperó en el reinado de Darío y en el de Ciro, el persa.