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La Palabra de Dios preservada y viva

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SALMOS 38 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Jehová, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.

2 Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu mano.

3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

4 Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí.

5 Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura.

6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.

7 Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay sano en mi carne.

8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

9 Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto.

10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya.

11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejado.

12 Los que buscan mi vida arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades, Y meditan fraudes todo el día.

13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca.

14 Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones.

15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío.

16 Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.

17 Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por tanto, confesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.

20 Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.

21 No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí.

22 Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.

  X


1

2 Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues si estás indignado.

3 Pues tus flechas en mí se han clavado, y tu mano se ha cargado sobre mí.

4 Nada quedó sano en mí por causa de tu ira, nada sano en mis huesos, después de mi pecado.

5 Mis culpas llegan más arriba de mi cabeza, pesan sobre mí más que un fardo pesado.

6 Mis llagas supuran y están fétidas, debido a mi locura.

7 Ando agobiado y encorvado, camino afligido todo el día.

8 Mi espalda arde de fiebre y en mi carne no queda nada sano.

9 Estoy paralizado y hecho pedazos, quisiera que mis quejas fueran rugidos.

10 Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos.

11 Mi corazón palpita, las fuerzas se me van, y hasta me falta la luz de mis ojos.

12 Compañeros y amigos se apartan de mis llagas, mis familiares se quedan a distancia.

13 Los que esperan mi muerte hacen planes, me amenazan los que me desean lo peor, y rumian sus traiciones todo el día.

14 Pero yo, como si fuera sordo, no oigo; soy como un mudo que no abre la boca,

15 como un hombre que no entiende nada y que nada tiene que contestar.

16 Pues en ti, Señor, espero; tú, Señor mi Dios, responderás.

17 Yo dije: "Que no se rían de mí, ni canten victoria si vacilan mis pasos".

18 Ahora estoy a punto de caer, y mi dolor no se aparta de mí.

19 Sí, quiero confesar mi pecado, pues ando inquieto a causa de mi falta.

20 Son poderosos mis enemigos sin causa, incontables los que me odian sin razón.

21 Me devuelven mal por bien, y me condenan porque busco el bien.

22 ¡Señor, no me abandones, mi Dios, no te alejes de mí!

23 ¡Ven pronto a socorrerme, oh Señor, mi salvador!