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SALMOS 39 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.

2 Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor.

3 Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua:

4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy.

5 He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah

6 Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.

7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.

8 Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por escarnio del insensato.

9 Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste.

10 Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.

11 Con castigos por el pecado corriges al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres.

13 Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.

  X


1

2 Había dicho:"Andaré derecho, para que no peque por mi lengua, le pondré a mi lengua una mordaza mientras el malvado se yergue ante mí".

3 Callaba resignado, sin decir palabra, pero me atormentaba al ver su buena suerte;

4 me ardía por dentro el corazón, y el escándalo atizaba el fuego, hasta que al fin se me soltó la lengua.

5 "Señor, haz que conozca mi fin y cuál es el largo de mis días, para que sepa lo frágil que soy.

6 A mis días no les diste más de una cuarta y mi existencia es nada para ti. El hijo de Adán se pavonea, pero no es más que soplo

7 Pasa el hombre mortal como una sombra, no es más que un soplo, pero se afana y almacena sin saber quién lo tendrá.

8 Si es así, ¿qué me queda, Señor? Pondré en ti mi esperanza.

9 No consideres todos mis pecados, no me avergüences ante el insensato".

10 Me callo, no hablaré más, pues tú así lo dispusiste.

11 Aleja de mí tus castigos, que me han destrozado los golpes de tu mano.

12 Corriges al hombre cobrándole sus culpas, roes como polilla lo que más deseó En verdad, el hombre es sólo un soplo.

13 Señor, escucha mi plegaria, presta oído a mis clamores, no permanezcas sordo a mis lágrimas, pues en tu casa soy un forastero y, como mis padres, peregrino.

14 Dame un descanso, que pueda respirar antes de que me vaya y ya no esté.